agosto 17, 2012

una breve descripción, casi sin edulcorante


No me gustan las fiestas. No me gusta el ruido. No me gusta acumular objetos. No me gustan los tumultos ni el tránsito pesado. No me gusta el sol. No me gustan las sorpresas. No me gustan los prólogos. No me gusta negociar. No me gusta hacer fila. No me gusta el humo de los camiones. No me gustan las motos. No me gusta la clase media: sus costumbres, sus anhelos, sus objetivos, su palabrería de catálogo. Gracias a dios es viernes, dicen. Por favorcito, le molesto, un limoncito, tu pobre casa, ahí humildemente, poco a poco y con harto sacrificio, dicen. No me gustan los trayectos largos. No me gustan las estadías que se prolongan. No me gusta la miseria del prójimo. No me gusta darle vueltas al asunto.


Me gusta el trino de los pajaritos, por la mañana y por la tarde. Me gustan las nubes y las flores. Me gusta el rockanrol. Me gusta mirar una película que se llama Amores Perros y repetir, yo mismo, los diálogos hasta la nausea. Me gusta la lucha libre. Me gusta el fútbol. Me gustan los amaneceres en Ciudad Universitaria. Me gustan los libros y el café sin azúcar. Me gusta la esencia del verdadero comunismo, aunque sea sólo una lastimosa utopía. Me gusta José José cantando el Triste en mil novecientos setenta. Me gusta el fantástico José Revueltas. Me gusta la música de su hermano Silvestre, y también la del Café Tacvba. Me gusta el frío. Me gustan los días nublados. Me gusta el orden. Me gusta ir a mi cabina de radio los sábados y encerrarme allí, separado del mundo por una puerta de cristal. Me gusta también ser locutor en un canal de televisión donde, cosa rara, la gente es bien alivianada. Me gusta trabajar con quien me place. Me gusta ser cuidadoso, fijarme muy bien antes de cruzar la calle. Me gusta agarrar atajos aunque a veces me tope con paredes infranqueables. Me gusta estacionar el coche y trasladarme en el metro. Me gusta caminar. Me gusta reír y llorar, casi siempre lo hago a solas. Me gusta tener el control de la situación. Me gusta pensar, es buen ejercicio para que la cabezota no se reblandezca. Me gusta cuestionarme.


Soy huraño, enojón, neurótico, intolerante, tramposo, mañoso, engreído, rencoroso, disperso, olvidadizo. Pero no mentiroso. Soy leal, responsable, derecho, cabal, tenaz, trabajador, valiente, ingenioso, imaginativo, inteligente, solidario, digno, respetuoso. Un ser humano llano, normal. Y contradictorio, lo mismo que todos los demás.


Ciudad de México.
Marzo 25, 2009.