Grábense su nombre: alfredo lèal. Nació hace veintitantos años, acá, en la ciudad de México. Es escritor y para mí, desde hace ya un muy buen rato, ocupa un lugar privilegiado en el Olimpo de los más grandes. Los recurrentes saben que éste nunca ha sido, ni será, un espacio publicitario. Pero no podía dejar de compartir con ustedes mi regocijo por la publicación de su primera novela: Circo y otros actos mayores de soledad. Porque, por encima de todo, alfredo lèal es mi amigo. O, como dice Eduardo Galeano: mi compa, mi pana, mi llave. De manera que, damas y caballeros, si saben lo que es bueno, entren ahora mismo a la página electrónica de las librerías del Sótano y exigan el suyo, en calidad de urgente. Un documento invaluable. Se lo firmo a quien sea, dentro de algunos años podrán presumir: Tengo un ejemplar original, primera edición, de la novela del maestro. Quiobo.
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